Esta tarta de queso me encanta, a parte de ser una delicia, es una versión más saludable que una tarta de queso normal, está preparada sin azúcar refinado y la calabaza le aporta un punto de fibra extra.
Para la base necesitaréis
– 18 galletas tipo digestive (sin azúcares añadidos)
– 70 g de aceite de coco (o mantequilla de cualquier tipo) o 60 ml de leche de cualquier tipo (esta opción es mucho más ligera y el resultado es similar)
– 2 cucharadas de cacao en polvo desgrasado
Para el relleno:
– 500 g de queso crema (tipo Philadelphia)
– 200 g de queso quark o requesón.
– Edulcorante al gusto
– 2 huevos
– 200 g de calabaza horneada hecha puré
– 2 cucharaditas de canela
– 1/8 cucharadita de jengibre en polvo
– 1/8 cucharadita de cardamomo molido
– 1/8 de nuez moscada molida
– 1 cucharadita de azúcar mascabado (opcional)
Preparación: molemos las galletas usando una procesadora que pique alimentos o metiendo las galletas en una bolsa y golpeándolas con una cucharada de madera o rodillo hasta obtener una textura de pan rallado. Mezclamos con el cacao y el aceite derretido (mantequilla o leche) hasta que quede una mezcla homogénea. Si vais a usar la procesadora para moler las galletas utilizadlo también para hacer esta mezcla. Colocamos en la base de nuestro molde desmoldable un trozo de papel de hornear cortado con la forma y tamaño del mismo utilizando mantequilla para pegar el papel al molde, es opcional pero si lo hacéis os ayudará desmoldar la tarta. Ponemos la mezcla de las galletas apretando con las manos hasta que quede uniforme y lo metemos al congelador mientras preparamos el relleno.